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Albies
en las cercanías de Nueva York
por Gregorio Dunayevich
Antes
de entrar específicamente en tema, quisiera traer una anécdota
de mi primer día de pesca en Homosassa, hace unos años,
cuando fui en busca del Giant Tarpon. Después de navegar unas
millas, en la madrugada, el guía detiene el motor y se queda
en silencio unos minutos. Miramos el horizonte de un mar extraordinariamente
calmo. Cliff me dice: “no los veo, pero los estoy escuchando“. Mmmm….
pensé yo, que fantasiosos estos guías. Unos minutos después
tuve que devorarme mis propios pensamientos. Pasaron tres tarpones rolando,
dejando oír lo que a partir de entonces conocí como el
característico chiflido del Tarpón.
Existe una semejanza con lo que sucede con los Albies, y en más
de un sentido. Cuando aparece en superficie lo hace acardumado, generando
un ruido muy fuerte ya que se trata del famoso “blitz”, esto es la súbita
aparición ante nuestros ojos de estos predadores, en búsqueda
de anchoitas que luchan por escaparse. La palabra blitz se traduce como
“bombardeo”, expresión que constituye una excelente metáfora
del asalto que los ejemplares de Falso Albacora ejercen sobre el cardumen
de Bay Anchovy. El ruido lo producen tanto los albies como las anchoas
que saltan, y por supuesto, las anchoitas. Pero el concierto no termina
aquí. Las gaviotas revolotean y gimen, mientras tratan de capturar
lo que escapa o queda de esta cacería. Y para nuestra sorpresa,
nueva información aparece, un nuevo dato que proviene del sonido;
de acuerdo a la emisión sonora de las gaviotas, es posible saber
si estamos frente a un cardumen sólo de albies o si también
hay anchoas en el grupo de peces que está cazando. Sucede que
los albies no tienen dientes, y en cambio las anchoas sí los
tienen, y muy filosos. Las gaviotas festejan cuando no hay anchoas,
ya que corren mucho menos peligro al acercarse a la superficie del agua.
De lo anterior se desprende que el mejor indicador de nuestro derrotero
de pesca estará basado en la atenta observación de las
gaviotas, tanto visual como auditiva.
Tamaño
promedio de los albys de la zona, unas 6 o 7 libras.
El Alby (Euthynnus alletteratus). o, más habitualmente llamado
Falso Albacora recibe este nombre por su semejanza con este otro pez.
También se lo denomina Little Tunny (pequeño atún),
y nuevamente recibe un nombre “de prestado”. La comparación con
el Albacora (Thunnus alalunga) se debe a su parecido, si bien en un
tamaño menor, y porque pertenecen ambos a la misma familia, Scombridae.
También se lo suele confundir con el Atlantic Bonito (Sarda sarda),
que es parecido pero un tanto menor en tamaño. Por otra parte
el bonito tiene líneas negras horizontales en el lomo, con manchas
verticales a los costados; mientras que los albies tienen el lomo tirando
a azul verdoso, líneas negras más irregulares, costados
cromados y panza blanca. Lo más característico del alby
son de tres a cinco manchas oscuras debajo de las aletas pectorales,
que semejan huellas de dedos, sobre fondo flanco.
Se lo puede encontrar prácticamente en toda la costa Este de
USA, durante el otoño, cuando el agua está entre 65 y
50 grados Fahrenheit, esto es, entre 17 y 9 grados centígrados
(recordemos que para convertir grados Fahrenheit a Centígrados
podemos realizar el cálculo siguiente C* = (F* - 32 ) x 0,5).
Uno de los lugares clásicos para buscarlo es el punto más
oriental de la costa atlántica, que está a 120 millas
(200 kilometros) de Nueva York, en la punta de Long Island, donde ilumina
las aguas el faro Montauk. Se dice que quien va hacia al este, en Estados
Unidos, después del extremo Montauk, el siguiente lugar con tierra
firme es…Portugal. Sus aguas son excepcionales para muchas especies
por su estratégica ubicación, internándose en la
inmensidad del mar, y, al mismo tiempo, ofreciendo una gran cantidad
de alevinos que se alojan en el fondo exuberantemente rocoso de su costa.
Muchos pescadores de altura, en busca de records mundiales han obtenido
aquí marcas para especies de tiburón o atún. Llegando
a Montauk hay un cartel que dice: “Bienvenido a Montauk, la capital
mundial de la pesca”. Aquí han salido más records IGFA
que en cualquier otro lugar de la costa oriental de los Estados Unidos.
Característico
blitz, con las anchoítas huyendo; y los albies, las anchoas y
las gaviotas cazando.
Y desde hace 20 años, la orilla de la punta Montauk se ha estado
convirtiendo en un lugar ideal para la pesca con mosca en agua salada,
tanto vadeando entre las piedras, como desde embarcaciones. Cuenta Tom
Gilmore que antes no era así. En el año 1985 quiso interiorizarse
sobre tema yendo a un negocio de pesca de la zona. Mientras trataba
de comprar algo para justificar su presencia en el local, le preguntó
al dueño fingiendo indiferencia para ocultar su inquietud, acerca
de dónde podría pescar con mosca. Recibió como
respuesta otra pregunta:
-Señor,… perdón, …dígame,… Ud de dónde es?
-De New Jersey.
-Bueno, entonces….¿ porqué no va a New Jersey y lo intenta
por ahí?
Atraídos por este lugar se acercan ahora mosqueros que vienen
desde todo el mundo. No es sólo Albies lo que aquí se
puede pescar con mosca, existen otras especies, entre las que se destacan
el Bluefish (anchoa) y el Stripped Bass o Rockfish.
Los Bluefish aparecen también acardumados como los Albies, cazando
en superficie, ya sea formando cardúmenes propios o mezclados
con los Albies. En cambio, los Stripped Bass, si bien a veces cazan
en superficie, en general están más cerca de la orilla
y escondidos entre las piedras. Para encontrar los albies en Montauk,
debemos tener en cuenta preferentemente la última semana de Septiembre
y la primera mitad de Octubre.
Conviene recordar que si bien las piedras son una ventaja al ofrecer
cobijo a la carnada, también constituyen un peligro para quien
vadea y para las embarcaciones, especialmente los días de viento
y/o marejada. Quien vadea debe prestar muchísima atención
en su apoyo y desplazamientos y las embarcaciones deben contar con un
capitán totalmente confiable y aunque parezca redundante, atento
a cada posición de la nave.
Varias veces mencionamos que los cardúmenes de albies pueden
contener anchoas. Este es un punto clave en cuanto al tema “leaders“.
Por un lado los albies no tienen dientes y las anchoas, sí, y
muy filosos. Por otra parte, los albies tienen unos ojos realmente enormes
para su tamaño, lo que les permite ver con inusitado detalle,
a pesar de su extrema velocidad, tema que luego trataremos. Esta complicación
nos lleva a que no podamos proyectarnos a ambas especies al mismo tiempo.
Si pensamos que puede haber anchoas, debemos utilizar un shock tippet
de acero para no cortar, pero ahuyentaremos a los albies con el alambre.
Si en cambio, estamos en busca de albies, debemos usar un tippet de
monofilamento lo más fino e invisible posible (últimamente
se opta por fluorocarbon de aproximadamente 15 libras) y estar dispuestos
a perder moscas si aparecen las anchoas. Objetivo de un próximo
viaje será intentar salvar esta disyuntiva con los nuevos shock
tippet de titanio, aparentemente más finos, y entonces apostar
a ambas especies a la vez.
El
famoso Lighthouse (faro) Montauk, un día nublado.
La estructura corporal de los albies es especial para convertirse en
un pez excelente para la pesca con mosca, también por la fuerte
pelea y corridas que desarrolla. Si observamos su figura, ya adivinamos
que es un pez veloz. Su cola ancha y delgada se parece a las alas de
los planeadores de competición, por ser el diseño que
mas penetra en el fluido; y se mueve a nada menos que treinta veces
por segundo!!! El cuerpo, brillantemente hidrodinámico, es el
de los peces más veloces de todas las aguas, solamente igualado
por otro ejemplar que sea también un túnido.
Y para tener un punto concreto de comparación, mientras que un
Bonefish corre a 30 millas (48 kilómetros) por hora, el Alby
lo hace a cuarenta 40 millas (65 kilómetros) por hora.
Para poder cazar a esta velocidad, el alby tiene un equipamiento adecuado.
Posee sangre caliente metabolizando así mayor caudal de oxígeno,
y simultáneamente una estructura muscular muy desarrollada. Al
mismo tiempo, como necesita capturar más cantidad de oxígeno
durante su avance, nada ¡con la boca abierta! Esto se completa
con ojos enormes, como mencionábamos anteriormente, para evaluar
la presa mientras se mueve con rapidez.
Afortunadamente (como así también el Bonefish y el Tarpon)
no está considerado apetecible para ser consumido por los seres
humanos. Esta razón promueve un motivo menos para acelerar su
desaparición, como parece ser el destino de la mayor cantidad
de especies de este planeta. Su carne tiene dos zonas y dos colores;
una parte grisácea y otra más blanquecina. Según
leemos, sólo la parte blanca es agradable para nuestro paladar
y eso provoca la elección de algún otro pez para la captura
comercial.
Las moscas que funcionan bien para el Alby son los streamers del estilo
baitfish, es decir, imitaciones de pequeños peces, generalmente
atadas en anzuelos que van del número 6 al número 1/0,
confeccionadas en materiales durables como hebras de nylon de todo tipo.
Pequeños poppers son también muy efectivos. En cuanto
a colores, la mayoría tiene un gran porcentaje de blanco, con
unos toques de algún tono de azul, verde o rojo, mezclado también
con hebras de Flashabou o Kristal Flash. Una derivación mía
de las moscas de Bob Popovics, que he denominado Montauk Fly, brinda
también excelentes resultados. Es una modificación de
la Surf Candy a la que se le proporciona una cola de celuloide y cheeks
de plumas grizzly.
Para soportar las tremendas corridas, cas-tear en días de viento
y tener un dominio de la situación sin demorar mucho la devolución,
se recomienda un equipo # 9 o # 10, y un reel adecuado para agua salada
con un buen freno. Normalmente se usa una línea clear intermediate
o una floating con tip clear intermediate, si bien una floating bass
bug taper es la ideal para los poppers. El backing de 30 libras, no
deja de salir del reel, hasta un promedio de 100 metros, si bien los
200 metros también se alcanzan a veces. Es esencial el lavado
con agua tibia, minucioso, del reel, la línea y el backing al
regresar de nuestro viaje. Esto último se aplica también
a la caña, que aunque sea saltwater proof, necesita ser liberada
de los restos de sal, especialmente en los pasahilos y puntera.
Dado que no sólo se lo puede encontrar vadeando en las costas
rocosas sino también de arena, y además se lo puede pescar
embarcado, y, por si fuera poco, siempre debemos encontrarlo primero
(sight fishing), y por último su tremenda velocidad de toma y
corrida, está considerado por muchos adeptos el más interesante
de todos los peces para practicar la pesca con mosca en agua salada.
Bibliografía:
False Albacore, Tom Gilmore, The Countryman Press, Vermont, USA. 2002
Montauk´s Fall Madness, Capt. Jim Levison, Saltwater Fly Fishing
(magazine), Abenaki Publishers, IL, USA, October / November 2001
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